Desde fenicios, griegos, cartaginenses, hasta romanos, árabes y templarios, hicieron de un pequeño peñón en la Costa del Azahar su lugar de residencia. Con su mezcla de naturaleza, mar y agua dulce, en Peñíscola se guarda un pedazo de historia envidiable.
Desde lo más alto de su peñón, vigila la costa el Castillo del Papa Luna, Benedicto XIII. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, fue construido por la Orden de los Templarios sobre los restos de una antigua alcazaba árabe, pero que sufrió modificaciones para que el Papa lo convirtiera en Palacio Papal. Desde sus jardines, podrá contemplar toda la bahía de Peñíscola.
Para que su visita sea perfecta, tanto si lo que busca es turismo familiar como náutico, hay una serie de rutas con las que podrá recorrer toda la localidad y maravillarse con su historia. Una de estas rutas es la Histórica-Artística, que comienza en La Porteta, pasando al Parque de Artillería su Castillo, la Plaza de Armas. También podrá contemplar el Faro y el Museo del Mar.
Pero en un momento de descanso, deberá disfrutar de su maravillosa gastronomía. Peñíscola, tal y como podemos ver todas las semanas en televisión gracias a la serie de Telecinco «El Chiringuito de Pepe», se caracteriza por su cocina marinera. Sus pescados y arroces le harán disfrutar de la dieta mediterránea. Sus postres, como los flaons de Peñíscola, harán que quiera volver a esta bella localidad.
Para acabar el día, en la Playa Basseta disfrutará del atardecer, con la silueta del Castillo templario ocultando el sol.
Disfrutar de la Costa del Azahar es la mejor manera de descansar en el Mediterráneo.
Una buena opción de alojamiento es Bungalows Spa Natura Resort. En este establecimiento, disfrutará de un parque de ocio y del spa. Tanto si te vas con la familia como en pareja, las cabañas ecosostenibles harán que te relajes con el Mediterráneo de fondo.