Nuestra primera parada en Tarragona es en su Catedral en honor a Santa Tecla. En su interior, alberga el Museo Diocesano, donde destacan las colecciones de arte religioso de la época medieval y moderna, procedente de toda la provincia. Desde 19 al 22 de septiembre, se celebran las fiestas en honor a su patrona, por lo que sin duda, podremos disfrutar de la Ciutat dels Castellers en su día más importante. Además, en octubre, en los alrededores de la Catedral se celebra la Feria Medieval. ¡Por algo es el primer punto en nuestra visita!
Otro punto que debemos tener en cuenta en nuestra visita es que debemos de pasear por El Serrallo. Este barrio típico de pescadores nos ofrece la oportunidad de asistir a una subasta por las tardes de todo el pescado que se ha obtenido durante el día. Además, ofrece una gran variedad de restaurantes donde podremos disfrutar de la mejor gastronomía marítima de Tarragona.
Pero si la ciudad guarda tanta belleza es gracias al paso del Imperio Romano. Tarragona es una ciudad de Historia, y una buena muestra de ello es su conocido anfiteatro. Construido en el siglo II cerca del mar, llaman la atención sus gradas excavadas en la roca. Lugar de luchas de gladiadores con fieras y de ejecuciones públicas, ofrece al visitante la oportunidad de recrear esos momentos.
El Pretorio y Circo Romano son otra muestra del paso de los romanos por Terraco, como la conocían ellos. El circo tenía una longitud de 325 metros de largo y hasta 115 de ancho, y era el lugar en el que se celebraban las carreras de caballos y carros. Es considerado uno de los mejor conservados de Occidente a pesar de que parte de su estructura se encuentra bajo las edificaciones construídas en el siglo XIX. El Pretorio se trata de una torre romana, con magníficos pasillos subterráneos; fue lugar palacio de reyes y también una prisión. Ambos, se encontraban en las cercanías del Foro Provincial, una gran plaza porticada en la que hoy día podemos contemplar los restos que quedan de todas esas puertas, ocupadas por decenas de casas y calles.
Pero sin duda, la vida de Tarragona está en el mar. Con unos 15 kilómetros de costa, calas de agua cristalina y arena fina y dorada, da nombre a la Costa Daurada. Desde el Balcón del Mediterráneo, que se encuentra al final de la Rambla Nova, podremos contemplar una panorámica perfecta el Mare Nostrum, puerto de Tarragona, la playa de Miracle y el Anfiteatro, gracias a que se encuentra a 40 metros sobre el nivel del mar.
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