Lo que más caracteriza a Salamanca es que es una ciudad universitaria, por lo que da igual la época en la que vayamos ¡siempre podremos hacer algo nuevo! Os proponemos un recorrido por los puntos más emblemáticos de la urbe, ¡pero nos encantará saber que habéis descubierto nuevos rincones!
Esta ciudad se caracteriza por mezclar lo antiguo y lo nuevo en una perfecta simbiosis, pudiendo salir de fiesta en un antiguo convento o poder comer en un restaurante con más siglos de historia que alguna ciudad de España. Nuestra primera visita tiene que ser a sus catedrales, porque Salamanca es la única que puede presumir de tener dos catedrales, comúnmente conocidas como la vieja y la nueva. Podremos pasar de una a otra sin salir a la calle, pero os recomendamos disfrutar del Ieronimus: es decir, recorrer las cubiertas y torres medievales, entre almenas, pináculos y gárgolas.
Pero, sin duda, Salamanca es conocida por su importancia en la literatura española. Una muestra es que podemos disfrutar de un paseo por el Huerto de Calixto y Melibea, un precioso jardín romántico plantado sobre la antigua muralla de la ciudad. Pero, quién no recuerda las aventuras del Lazarillo de Tormes: sobre el río del mismo nombre, en el puente Romano, nos recibe la escultura de verraco vetón en su entrada, donde los salmantinos te contarán que un ciego os recomendarán posar la oreja para «escuchar el ruido de su interior», pero os aconsejamos que no lo hagáis, ¡nos podrían estampar la cabeza como le hizo al Lazarillo!
Una aventura que todo aquel que llega a la ciudad no puede dejar de hacer es buscar la rana en la fachada de la Universidad. Desde el patio de Escuelas, junto a la figura de bronce de Fray Luis, podremos encontrarla sobre una calavera. Se dice que el estudiante que entra por primera vez y no la encuentra, suspende seguro. A pocos pasos nos encontraremos con la Casa-Museo de Unamuno, donde vivió en su época como Rector de la Universidad y aun se conserva su biblioteca.
Mientras contemplamos la belleza de la Casa de las Conchas, donde se dice que detrás de una de las 373 que decoran sus paredes se esconde un secreto, podemos disfrutar de alguna de las famosas tapas de la ciudad, degustar un sabroso plato en uno de los más importantes restaurantes o, simplemente, observar la belleza que guarda Salamanca.
A tan sólo 3 kilómetros de Salamanca se encuentra Santa Marta de Tormes. Allí disfrutaremos de un merecido descanso con Bungalows Regio. Gracias a sus completos bungalows, podremos acercarnos a la ciudad, pasar por el Paraje Natural de Isla del Soto, en el curso del río Tormes, o, si queremos darle una cálida bienvenida a la primavera, visitar Les Arribes del Duero, casi en la frontera con Portugal, donde los almendros ya están comenzando a florecer.
¡Ven a disfrutar de unos días en Salamanca con BungalowsClub!