Huesca es una ciudad pequeña que se puede recorrer fácilmente a pie, por lo que aparcaremos el coche para visitar sus principales puntos. El casco viejo de Huesca está delimitado por la calle del Coso y las murallas, y alberga los principales monumentos de interés, mientras que la parte moderna presenta diferentes estilos, predominando el modernista y burgués de primeros del siglo XX. El centro de la ciudad y punto de encuentro es el que corresponde a la zona de los Porches de Galicia, que comunica el Coso con la plaza Navarra y a su vez sirve de diferenciación del Coso Bajo y el Coso Alto. En el Coso hay interesantes edificios como el teatro Olimpia, los juzgados, el edificio de Correos, las iglesias de San Vicente el Real, Santo Domingo y San Martín y la plaza de toros.
En las entrañas de la provincia descubrimos un conjunto de cañones de perfiles escarpados, atravesado por siete ríos, en el que se refugian alimoches y quebrantahuesos: es la sierra de Guara. Aunque en el entorno se practican multitud de deportes, como caza y pesca, el deporte rey aquí es la escalada deportiva en todas sus modalidades: artificial, libre, clásica…, De hecho, Rodellar cuenta con unas 200 vías repartidas en 28 sectores, paredes desplomadas desde las que se disfruta de excepcionales paisajes. Además, la proximidad de los cauces de los ríos Vero, Alcanadre e Isuela hacen especialmente atractiva la práctica del barranquismo.
A poco más de 30 km llegamos a la villa medieval de Alquézar, donde haremos una parada más cultural para conocer el legado de arte que esconde esta localidad, destacando su majestuosa colegiata y su conjunto urbano, declarado Monumento Historico-Artístico. Alquézar es, además, punto de partida de numerosas rutas de senderismo y en BTT, así como lugar de inicio para las visitas a las numerosas cuevas y covachas de los alrededores, con abundantes manifestaciones de arte rupestre.
Nuestro siguiente destino será Aínsa, el paraíso para los amantes del rafting, ya que las aguas del río Cinca, entre Laspuña y Aínsa, y del río Ara, entre Torla y Broto, son idóneas para la práctica de este deporte. En Aínsa existe un centro dedicado a éste y otros deportes de aguas bravas. Además de la práctica deportiva, recomendamos reservar al menos unas horas para dar un paseo por la villa, declarada conjunto-histórico-artístico, y que presenta en su casco antiguo un bloque uniforme y apiñado de casas muy armónico, en el que destacan la esbelta torre de la colegiata y el enorme recinto del castillo, casi tan grande como el resto del pueblo. Conserva casi íntegras las murallas que lo rodeaban, y está plagado de monumentos medievales.
La comarca de Aínsa disfruta de una situación privilegiada, entre Francia, el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido, el parque natural de los Cañones y la sierra de Guara y el parque de Posets Madaleta. A 5 km de la villa, circulando por la A-138, llegaremos a Labuerda, un municipio que conserva el calor y la tranquilidad de los pueblos tradicionales y que hará las delicias de los que amen los descensos en kayak más salvajes.
En las altas montañas de este valle encontramos ibones de aguas termales junto a villas con un rico legado histórico de estilos mudéjar y renacentista. Es conocido internacionalmente por las competiciones de vuelo en su territorio, ya que su orientación y especiales características permiten volar prácticamente todo el día y en cualquier condición.
A escasos kilómetros se levantan hermosos pueblos como Bisaurri, Chía, Laspaúles, Seira o Sahún, en los que se conserva todo el tipismo de estos asentamientos pirenaicos, podemos poner fin a la ruta en la localidad de Benasque, en el valle del mismo nombre, un paraíso para la práctica del turismo activo: esquí de fondo, escalada, senderismo, BTT…
Desde BungalowsClub aconsejamos realizar esta ruta con el máximo confort y las más completas instalaciones, por ello, lo ideal es alojarse en un complejo de cabañas o bungalows para estar en plena sintonía con la naturaleza y vivir una auténtica experiencia de turismo activo.