Al sur de la provincia coruñesa, está el municipio de Noia, para los gallegos. Según cuenta la leyenda popular, esta villa fue fundada por Noé, quién llegó al finalizar el Diluvio Universal y bautizó esas tierras con el nombre de su hija, Noela o Noega. También existe la versión de que fue la propia hija la que pobló Noia por orden de su padre. Es tal la creencia en esta historia que en el propio escudo del municipio se puede ver el Arca con Noé asomado a una ventana y la paloma llegando con el ramo de oliva.
En la villa destaca, además, la Iglesia de Santa María a Nova. Actualmente, la basílica y su entorno han sido convertidos en Museo de las Lápidas Gremiales, ya que en su interior guarda cerca de 200 lápidas, tanto gremiales como nobiliarias, siendo la más antigua del siglo X. En sus losas, se puede apreciar un relieve que identifica al difunto con su trabajo. Uno de estos sarcófagos, el del comerciante Ioan de Estivadas, está presente en la obra de Javier Sierra como posible sepulcro de Noé. ¿Será verdad el misterio?
Pero disfrutar de Noia es hacerlo de la costa gallega. La importancia del pasado queda reflejada en la abundancia de pazos y casas señoriales. Su cultura marinera, la vemos en las calles de soportales, utilizadas hasta no hace mucho para guardar las barcas. El lugar ideal para disfrutar de una rica empanada o unas sardinas en las numerosas tascas que hay junto al mar.
Declarada Conjunto Histórico-Artístico, la ocasión perfecta para visitar esta preciosa localidad es a finales de agosto. Del 23 a 28 de agosto celebran su fiesta patronal en honor a San Bartolomé, y el último domingo del mes, la Fiesta de la Empanada.
¡Descansa unos días en una villa de leyenda!
Muy cerca de Noia, se encuentran las localidades de Cee y Outes. Desde allí, podrá visitar esta bonita localidad y el centro de Santiago, que se encuentra a media hora en coche. Además, disfrutará de una gastronomía única contemplando un paisaje mágico.